Hubo un momento en la Historia en la que la suerte de los gobernantes no era muy distinta de la de los gobernados. Más adelante se fueron formando clases como la nobleza en la que, originalmente, se encontraban personas que se habían destacado en la defensa de su patria (noble viene de la palabra latina nobilis, que se deriva del verbo noseo y del adjetivo notus, que significan respectivamente «conocer» y «conocido», distinguido por los hechos o virtudes entre los demás hombres), los nobles tenían muchos pribilegios pero también tenían la obligación de ir al frente de los ejércitos en la guerra; eso le ganaba el respeto y veneración de la plebe.
Pero ahora las élites gobernantes no solamente no comparten nunca la suerte de los gobernados sino que además están en un mundo infinitamente lejano al resto de los mortales. Un ejemplo de esto es la afirmación del Secretario de Hacienda Ernesto Cordero en cuanto a que se puede pagar el crédito de una casa, un auto y colegiaturas con seis mil pesos al mes. ¿Es posible ganar respeto o cuando menos legitimidad con tal desconocimiento de la realidad?
Para dar la impresión de que se está muy cerca del pueblo, los políticos suelen tener desplantes demagógicos como bolear los zapatos de un niño, desayunar con niños de la calle, ir a los toros, quitarse la corbata y arremangarse la camisa o llenar costales de arena en Villa Hermosa, siempre he tenido la esperanza de que nadie se trague semejantes faramallas.
1 comentario:
pero sí se las tragan; por algo ganan votos...
de verdad que sí está de impacto la declaración del bestia ese.
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