Ortega y Gasset dice:
Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender. Es el deporte y el lujo específico del intelectual. Por eso su gesto gremial consiste en mirar al mundo con los ojos dilatados por la extrañeza. Todo en el mundo es extraño y es maravilloso para unas pupilas bien abiertas. Esto, maravillarse, es la delicia vedada al futbolista, y que, en cambio, lleva al intelectual por el mundo en perpetua embriaguez de visionario. Su atributo son los ojos en pasmo. Por eso los antiguos dieron a Minerva la lechuza, el pájaro con los ojos siempre deslumbrados.
Entonces dejar de sorprenderse sería algo así como resignarse a no entender; aunque la actitud que yo he observado entre las personas a las que ya nada les sorprende es como si entendieran todo, tal vez sea un autonengaño, al resignarse a no entender se convencen a sí mismos de que sí entienden y que sorprenderse es de tontos.
II
Para lograr el reconocimiento de la ciudadanía para las mujeres en México, mujeres y hombres, convencidos de que sin incluir a las mujeres no hay democracia posible, tuvieron que dar una lucha política y cultural contra las mentalidades conservadoras en el pueblo y en las élites durante varias décadas.
Conoce los detalles de esta lucha en este audio
III
Tal vez Calderón no sea alcohólico, tal vez sus acciones y dichos estén perfectamente meditados; sería peor que así fuera pues hay sevicia en muchas de sus palabras. Por ejemplo cuando dijho que los chicos asesinados en Villas de Salvarca eran narcotraficantes, o cuando dice que lo publicado en cuanto inseguridad en la prensa son exageraciones. Pienso en las víctimas y sus familias, en lo que sienten al escuchar esas condenas inmerecidas de boca de la máxima autoridad del país.
Escucha un recuento de las agresiones verbales de Calderón a las víctimas inocentes de su guerrita en este audio
¡Muera el mal gobierno!
4 comentarios:
El sentido de la belleza de este mundo viene dado por todas las sorpresas a través de las cuales se nos revela. A no ser por esas pequeñas serendipias, habríame decidido hace mucho tiempo a abandonarlo. Es común que los pesimistas estemos -paradoja- infinitamente enamorados del Universo y que nos aferremos, sorprendidos, a querer desmenuzarle.
Tal vez a ti te suceda, frente a mi realidad no he cesado de ser una niña sorprendida, a veces me siento -porque lo parezco- una idiota. Mas amo esta idiotez, la gozo.
Y, en mi opinión -se parece a la tuya-, la gente deja de sorprenderse porque creen saberlo todo o porque creen que no es accesible a ellos el entendimiento. Tristeza, cierta candidez es cualidad indispensable en cualquiera que yo pueda admirar.
Saludos...
sorprendente :)
también podemos aceptar que no entenderemos y aún así persistir en entender. si eso tuviera un nombre, creo que sería "actitud filosófica", jajaja :)
Entonces sería; Aceptar que no entenderemos y aún así persistir en sorprendernos.
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