Al Miedo le da miedo la risa.
Por eso, niño frágil,
tu risa asusta al Miedo.
El Dolor es un perro incansable.
Por eso, niño escondido,
el Dolor siempre te encuentra.
Nosotros somos sordos de egoismo.
Por eso, niño abandonado,
nunca te escuchamos pedir ayuda.
La Vida es una neurótica a la que no le gusta el ruido.
Por eso, niño ruidoso,
la Vida te ha echado de aquí.
Déjanos un pedacito de tu risa
para mantener a raya al miedo.
Deja que el dolor nos muerda
para que no te encuentre.
Déjanos escucharte en nuestros sueños.
Y deja que un día la Neurótica
se canse de nosotros.
II
El 30 de octubre se conmemora el natalicio del poeta Miguel Hernández, me parece justo recordarlo con el poema que escribió, estando en la cárcel franquista, a su hijo recién nacido y a su esposa que pasaba hambre pues no tenía para comer más que cebolla:
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!
Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
III
Después del horror de la Segunda guerra Mundial, intelectuales europeos, convocados por Umberto Campagnolo, fundaron la Sociedad Europea de Cultura cuyo propósito era la de fomentar la Paz por medio de la comunicación y la cultura. La UNESCO, presidida en ese entonces por el mexicano Jaime Torres Bodet (paradójicamente hoy México no tiene ni siquiera representante ante la UNESCO), dió decidido apoyo a esta organización que por estos dias cumple un aniversario más.
En estos momentos, en los que la violencia avanza en nuestro país, se hace necesario oponerle resistencia y ante el autoritarismo calderonista que no encuentra otra manera de resolver los problemas más que a madrazos, hay que anteponer una cultura de la paz. Escucha una esperanzadora conversación sobre este tema en este audio.
1 comentario:
Recuerdo cuando por primera vez llegó a mis oídos este poema de Hernández (el que escribió en la cárcel) y cómo me pareció -a la vez- bello y doloroso, como es la tristeza encaramada en un ser que se niega a extinguir -en sí mismo- su capacidad de reacción, de indignación, de asombro, de no querer sumirse en la indiferencia.
En fin, Miguel Hernández, poeta de aquellos que todavía nos asimos a la utopía -como digo últimamente.
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