I
Cuando era niño y me llevaban al Bosque de Chapultepec y encontaba alguna lomita cubierta con pastito me gustaba jugar a ser Niño Heroe y me iba rodando cuesta abajo rescatando una imaginaria bandera.
Ahora mucho se refuta la veracidad del episodio de los Niños Heroes y lo más seguro es que tal sea un mito. Cabe preguintarse cual sería el objetivo de inventar una historia así; tal vez el trauma brutal de ver cercenada a la Patria creó la necesidad de crear un mito esperanzador que depositara en las nuevas generaciones todos los valores de valentía, entrega, patriotismo y sacrificio que tanto se pondera en los Niños Heroes, que reales o no se convierten en una sobadita al tan maltrecho orgullo nacional.
Refutar la veracidad del episodio tal vez deje a muchos mexicanos un ánimo todavía más alicaído del que nos provoca la actual situación del país, así que, si se va a confrontar al pueblo con la verdad pelona y brutal hay que pensar primero que se le va a dar a cambio para que sobe su orgullo nacional.
II
En el Hospital Genral de Urgencias de la Villa impera la corrupción y el abuso contra los pacientes que son en su gran mayoria personas de escasos recursos.
Si un paciente ha ingresado por alguna fractura y requiere de una intervención quirúrgica, ésta no se realiza si el paciente no aporta los materiales quirúrgicos porque el almacén es previamente saqueado y nunca tiene lo que se requiere; el paciente no puede adquirir los materiales en donde le plazca, tiene que comprárselos al médico que lo atiende, con lo que ya se tiene un indicio de quién se ha robado los materiales del almacén.
La operación no se lleva a cabo hasta que el paciente no le compre los materiales al médico y si el paciente debe conseguir primero el dinero, entonces tiene que estarse con su fractura durante varias semanas. La salud es un derecho, por lo que esta situación puede ser denunciada ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, pero ¡ay! del paciente que haga eso, entonces su permanencia en el hospital se convierte en un infierno.
Para acabarla de chingar, en la oficina del Seguro Popular del hospital de La Villa le dicen al paciente que no compre ningún material quirúrgico pues de hacerlo se le retirará el seguro ya que habrá demostrado no tener necesidad de ejercer ese derecho. ¿Qué significará aquello de universal, que en los anuncios abusivos ha recordado Calderón fue una promesa de campaña respecto al Seguro Popular?
III
Seguramente la noche del 15 de septiembre te vas a comer unas tostadas de tinga en unos platitos de cartón o de unisel mientras en Palacio Nacional Calderón ofrecerá un banquete a su gabinete, a los mienmbros del cuerpo diplomático y a selectos personajes de los diversos sectores de las fuerzas vivas , para lo cual se usará una vajilla de Talavera con un costo superior al millón de pesos.
¿Quien es más patriota, tú o Calderón? ¡Chingao, no todos los días es Bicentenario del inicio de la Guerra de Independencia! si no se echa la casda por la ventana hoy ¿cuando?
Generalmente dejo un enlace para que leas algún texto que te quiero recomendar, pero esta vez creo pertinente copiarlo y pegarlo aquí abajo:
Odio el Bicentenario de Calderón
Ojo por ojo
Álvaro Cueva
2010-09-12•Acentos
Me pone muy triste esto del Bicentenario. No lo puedo evitar.
Todavía hace algunos años me imaginaba que 2010 iba a ser espectacular, que todos íbamos a estar muy contentos y que nos la íbamos a pasar de fiesta en fiesta.
El cerebro no me daba para imaginar los monumentos que se iban a construir, para los cambios que se iban a anunciar y para lo felices que íbamos a estar todos a lo largo y ancho de esta nación.
Partiendo de lo que Porfirio Díaz hizo para el centenario, de experiencias como los Juegos Olímpicos de México 68 y de la gigantesca herencia artística del siglo XX, le juro que había muchas cosas que me hacían ilusión:
Las ceremonias, la canción, el póster, el platillo, la bebida, la moneda, la camiseta, el libro, la película, el programa especial, la telenovela.
Soy un ridículo, me encanta ser mexicano y esperaba con ansiedad este momento.
El problema es que nada de lo que soñé que íbamos a estar viviendo para este entonces se convirtió en realidad. ¡Nada!
Los mexicanos estamos furiosos, desesperados, hartos, deprimidos, decepcionados.
Si no es por nuestra tradicional lista de conflictos sociales, es por esta guerra tan extraña que jamás nos anunciaron en las campañas electorales, por la ausencia de un proyecto de nación, por el patético estado de nuestra clase política, por la falta de oportunidades.
¿A quién le interesa celebrar 200 años de libertad si nadie tiene la certeza de regresar vivo a su casa después de salir por la mañana?
¿Qué clase de emoción podemos sentir ante el Bicentenario si lo que predomina es el miedo, la decepción, las malas noticias y los intereses particulares?
Ni siquiera hay un monumento que esté listo, una estatua para develar, algo bonito que nos recree la mirada y que sea tan impresionante que haga que el mundo entero se vuelva a verlo como el símbolo de una nación orgullosa y próspera.
Si Porfirio Díaz viviera y viera lo que el gobierno de Felipe Calderón está haciendo para conmemorar el Bicentenario de la Independencia de México, se levantaba en armas y se ponía del lado de los revolucionarios de la desilusión.
La canción del Bicentenario no es mala, es un asco. Cualquier anuncio de pasta de dientes tiene una música más elegante y una letra más digna que ese jingle de mala muerte.
El póster es una burla. ¿A usted no se le quiere caer la cara de la vergüenza ante esa imagen? Ni parece que aquí hubiéramos tenido artistas.
Desde ese logotipo enfermo donde el gobierno quiso combinar Independencia y Revolución como para ahorrarse una fiesta, las cosas están mal.
¿Adónde se nos fue el talento? ¿En dónde dejamos la clase?
No, y ni hablemos de lo demás porque nos vamos a deprimir de aquí a los 500 años de la conquista.
¿En qué cabeza cabe, por ejemplo, lo de la galería nacional? Sí, es muy bonito ver la silla de Benito Juárez, ¿pero ese museo forma parte de un proyecto a largo plazo?
¿Le puede meter un susto al Smithsonian de Washington? ¿Convierte al Palacio Nacional en algo tan importante como el Museo del Prado en Madrid?
Claro que no, es una exhibición temporal. ¡Temporal! Nuestras autoridades ni siquiera pudieron aprovechar el Bicentenario para construir algo para siempre.
Juntaron esas pocas piezas y al rato se las van a quitar. ¡Qué miseria! ¡Qué desgracia!
Dentro de un siglo, cuando se conmemoren los 300 años del grito de Dolores, la gente va a tener más a la mano las aportaciones de Porfirio Díaz que las de este gobierno surgido de la justicia, de la democracia y de la paz. ¡No puede ser!
¡Qué falta de visión! ¡Qué poco sentido de la planeación! ¡Qué ausencia de amor propio!
Estamos de acuerdo, el día 15 una multitud frenética va a ir a echar relajo a Paseo de la Reforma en la capital del país mientras otra, todavía mayor, se va a esconder en sus casas, en otras partes de la República, ante el temor de perder la vida a ritmo de ¡Viva México!
Pero después del 16 todo se va a esfumar y ese dinero, que ni sirvió para ayudar a los pobres ni para dejarle algo a la posteridad, se habrá convertido en cenizas.
¿Ahora entiende cuando le digo que esto del Bicentenario me pone triste?
Con esta clase de autoridades no hay manera ni de festejar algo tan grande como el Bicentenario. Nomás vamos a perder el tiempo. Nomás nos vamos a vaciar más. ¿A poco no?
Esta opinión y otras más aparecen en este audio
2 comentarios:
ESTA HISTORIA ES LA MIA EMPEZO A ESCRIBIRSE EL MIERCOLES 29 DE JUNIO 2011 Y NO SE COMO AMBIARLA NO SE A QUIEN CORRESPONDE NO SE QUIEN CARAJOS SE ENCARGARA NO SE SIQUIERA SI LE INTERESE A ALGUIEN CAMBIARLO,SI AUN SE PUEDE CAMBIAR OJALA PASE ALGO ...ALGO ASI COMO UNA REVOLUCION QUE MUEVA TODA LA PORQUERIA QUE IMPERA EN LA TRANZA DE LOS MEDICOS DEL HOSPITAL GENERAL DE LA VILLA ESCUDADOS EN LA PROTECCION DE QUIEN DEBERIA VIGILAR LA INTEGRIDAD HONESTA DEL SERVICIO DE SALUD QUE PRESTAN .QUIEN CARAJOS PERMITE TANTA VILLANIA
Espero que pronto se solucione tu problema en particular; lo único que se me ocurre es seguir denunciando esta situación, enviar mensajes de correo electrónico a líderes de opinión para que casos como el tuyo se vuelvan visibles y que las autoridades se sientan presionadas a resolverlos, en este momento pongo manos a la obra y empiezo a enviar los mensajes.
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