I
Para decir algo sobre el principio del deber primero hay que decir algo del principio del placer y aclarar que no se trata del libro de José Emilio Pacheco, sino de una especie de reglamento de vida que tal vez podría sintetizarse así: De dos o más opciones elige siempre la que te proporcione placer.
En el cuento de Pacheco, el personaje principal se enfrenta a la disyuntiva de enamorarse o sólo tener su iniciación sexual, si no han leído el cuento entonces no diré que decisión toma, lo que sí diré es que el ambiente en el que se desarrolla el relato es propicio para manejarse por el principio del placer.
Entonces, el principio del deber es lo contrario: De dos o más opciones elige siempre aquella con la que cumplas tu deber.
Me parece que, como están las cosas en el mundo, hay todo un bombardeo de estímulos para que la gente norme su vida por el principio del placer y en algunos momentos es hasta mal visto que alguien norme su vida por el principio del deber.
Mas a final de cuentas siempre hay que pagar por el placer obtenido, en una especie de juego de serpientes y escaleras, el placer puede salir muy caro, en lo económico, en lo emocional, en lo ecológico y en la salud. Esto me recuerda la frase del moribundo Cruz Treviño de la Garza (Fernando Soler) en No desearas la mujer de tu hijo: "Este cuerpo mío que tantos disgustos me ha dado por haberme dado tantos gustos".
II
La nueva puntada de Calderón: hacer pasar el control de Canal Once a la Secretaría de Gobernación. Autoritarismo de derecha, falangismo puro.
III
Dice Calderón que su guerrita es para recuperar espacios que han salido del control del Estado´, bueno, pues allí está Copala para que pruebe su dicho.
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