Del millón de muertos que dejó la serie de alzamientos encajonados en lo que se conoce como La Revolución Mexicana, la mayoría fueron campesinos o mejor dicho, peones acasillados sin nada que perder más que una vida llena de penurias, privaciones, miseria e injusticia; así que como dijo el General Emiliano Zapata: Es mejor morir de pie que vivir de rodillas.
¿Y después de tanto muerto, cuál fué la ganacia del campesinado? Es necesario un balance; con una ojeada de prisa podemos decir que de los gobiernos emanados de la Revolución hubo unos que le escamotearon los beneficios a los campesinos y otros (bueno si me presionan tendré que decir que sólo fue uno), que les otorgaron aquello por lo cual lucharon.
Durante los cien años que siguieron a la Revolución hubo de todo: reparto agrario, legalización del ejido, creación de infraestructura y de superestructura que arrojaron por resultado también de todo: períodos de soberanía alimentaria, arraigo del campesino a su tierra, desarrollo rural, aunque también corrupción, control político y contrareforma agraria a partir de Miguel Alemán y con más virulencia con Salinas y los sexenios siguientes.
Un balance de verdad, con todo conocimiento lo puedes escuchar bajando este audio
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