Para que Claudia Sheimbaum entreue la Presidencia faltan

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lunes, 7 de septiembre de 2009

¿donde te agarró el aguacero?

Todavía no eran las siete cuando empezó a llover. A las siete en punto me dispuse a enfrentar la tormenta aprovisionado con un improvisado paraguas hecho con una caja de cartón desbaratada. Al alcanzar la calle vi que no me iba a quedar ni un pedacito seco, así que mejor pospuse la marcha hacia casita y me refugié bajo una marquesina y vi como , a pesar de que a esa hora y por ser horario de verano hay luz natural, ya había oscurecido debido al torrente que caía inmisericorde, luego vi que la lluvia ya no caía sino que se desplazaba en sentido horizontal , como diciendo: a ver esos que se esconden bajo la marquesina ¡ai va el agua!.

amainó un poco y me aventuré a alcanzar la esquina para esperar el microbús. el vehículo llegó y lo abordé, en unos minutos estaba ya en el metro, y poco después ya estaba hasta la estación Valle Gómez cuando percibí un resplandor y una explosión, un corto circuito seguramente y el convoy no avanzó más.

ni modo , a la calle otra vez y ahora sí a mojarse las patas porque ya las calles estaban inundadas. Otro microbús, curioso dentro del vehículo también llueve, pero aunque despacito para no hacer olas arribó a la estación Oceanía. Allí hay que hacer otra escala , la lluvia ya no es tan intensa pero es pertinaz, toda el agua se acumuló en los alrededores del Peñón de los Baños, no es posible llegar a la base de microbuses que me llevaría a la colonia Cuchilla del Tesoro, mejor me voy en taxi.

Ahora el pedo es que no hay ningún taxi y sí mucha gente esperando uno. Yo se´donde hay un sitio de taxis: ups, está bajo el agua y de todos modos hay gente esperando turno. pues a formarse.

Después de no sé cuanto tiempo concluyo que el último taxista que se arriesgó a meter su fuente de trabajo al agua se fue cuando todavía quedaba en el sitio una anciana y yo. La anciana parecía dispuesta a seguir esperando su taxi. Yo advierto que el metro ya reanudó el servicio en la linea B. Entonces hay que elaborar un plan B: En la siguiente estación, Deportivo Oceanía hay dos sitios de taxis, por lo tanto se duplica la probabilidad de conseguir uno. En la susodicha estación también hay mucha competencia para conseguir taxi, pero a lo lejos veo un microbús haciendo base y corro hacia él con mi improvisado paraguas ya casi disuelto. Ya en casita, otra vez seco pienso en la anciana con sus patitas en el agua esperando su taxi...

2 comentarios:

Manuel dijo...

¡De que Dios dice a llover, del cielo caen escobetas!

El Ciudadano X dijo...

Muy buena crónica mi estimado Ernesto, Me acordé de ese cuentito sobre jóven que gano un puesto entre dos mil aspirantes.

¿Que harias si vas en tu porche biplaza (osea solo dos)y en la parada del camión ves a una anciana enferma, a tu mejor amigo y a la vieja de tus sueños? ¿a quien subirias?...........
El ganador respondio:







Le doy el carro a mi mejor amigo y le pido que lleve a la anciana al Hospital mientras yo espero el Bus con la mujer de mis sueños......



Saludos

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