Más que partidario del neoliberalismo , Calderón parece fanático, especialmente en materia de la intervención del Estado en la economía; tal es su aversión que hasta se auto-boicotea : postergó lo más que pudo el programa contracíclico para enfrentar la crisis hasta que finalmente ha cancelado muchas obras; todo con tal de no pecar según su credo neoliberal.
A lo largo de la Historia de México una cosa ha quedado clara: que al empresariado mexicano no le interesa invertir a largo plazo. Períodos de diez años para empezar a ver los frutos de su inversión es demasiado para el tipo de empresarios que ha generado la economía mexicana; para éste tipo de empresarios la ganancia a corto plazo es la única opción viable.
El problema es que, según la experiencia de otros países (como Japón, Corea, China, India), para lograr un despegue significativo en materia de crecimiento económico es necesario proyectos a largo plazo; proyectos que impliquen invertir en educación y en generación de innovación tecnológica. Exactamente los proyectos en los que nunca va invertir el sector privado.
No queda más remedio que hacer de tripas neoliberales corazón keynesiano y que sea el Estado el que no sólo invierta en educación e innovación tecnológica, sino que además invierta en la comercialización de los productos de tal inversión porque hasta eso tiene el sector privado mexicano . confía más en la tecnología importada que en la generada en el país.
En fin no veremos una política así en este sexenio, sería necesario que México tuviera un gobierno nacionalista , no como ahora.
1 comentario:
Sigamos actuando, no sólo rumiar nuestra impotencia. Debe haber algún modo de revertir este estado de cosas. La toma de conciencia, el diálogo con el otro, todo es posible. Que la esperanza no perezca.
Gracias por el análisis...
Eleutheria Lekona.
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