No tiene sentido aplicar normas morales a las cosas que sólo pueden suceder de una manera. No podemos decir que el fuego es malo, sino que quema; que el agua es buena cuando riega y mala cuando inunda, sino que nos beneficia o nos perjudica; que el hongo productor de la penicilina es bueno y el virus del SIDA es moralmente malo, sino que sus estructuras y funcionamiento biológicos tienen consecuencias buenas o malas para nosotros. Es cierto que usamos estas expresiones habitualmente, pero lo hacemos en un sentido figurado. Ni el fuego, ni el agua, ni la penicilina, ni el virus del SIDA pueden actuar de un modo diferente al modo en que lo hacen en cada caso concreto. La imposibilidad de elegir modos de actuación diferentes hace imposible valorar estos objetos desde el punto de vista moral. Sin embargo, sabemos que los seres humanos somos capaces de actuar de muchas formas ante cada situación y que, por eso, nuestros actos son valorables moralmente. ¿Es todo lo humano valorable moralmente? Algunos autores han distinguido, intentando ser coherentes con lo dicho en el párrafo anterior, entre actos humanos y actos del hombre. Los actos del hombre son aquellos que no tienen significado moral, los que no podemos elegir -respirar, hacer la digestión y cosas por el estilo-. Los actos humanos son aquellos que podemos o no escoger. Pues bien, actos propiamente morales son sólo estos últimos.
Fuente:El Acto moral
Algunas personas caen en la falacia de exculpar a los adictos cuando se dice que hay una predisposición genética para desarrollar algún tipo de adicción. Se toma el dato anterior como una justificación para hacerse adicto, como decir "ya nací así y no puedo hacer otra cosa".
Ese punto de vista pasa por alto un detalle , la predisposición genética no determina las decisiones libres que en el futuro una persona vaya a tomar, y definitivamente en la primera copa, el primer cigarrillo , el primer toque, la primera tacha, etc; el individuo aún no ha desarrollado la adicción y tiene la libertad y la opción de no ingerir esa primera copa, ni el primer toque, etc.
Así que nada, si bien es correcto considerar una adicción como una enfermedad, ello no justifica a los adictos. No todos los enfermos se ocasionan a sí mismos su padecimiento; si un bebé nace con un padecimiento cardiaco congénito, no se le puede imputar que ha sido su culpa haber elegido ese padecimiento, pero si alguien se atasca durante toda su vida de colesterol y se muere de un infarto sí puede ser imputado.
Dicho esto abordo otra pregunta ¿Existen razones reales para que las adicciones sean condenables?
Si debemos respetar los actos libres de una persona , entonces podríamos decir que quien opta por afiliarse a una adicción merece nuestro respeto, el pedo está en las consecuencias que el acto libre de hacerse adicto tiene; sus efectos sobre terceras personas.
Suicidarse puede ser una decisión libre (digo "puede" porque también puede que no lo sea, por ejemplo en el caso de la Depresión los raptos suicidas), y aunque se ejerce sobre el autor del acto también tiene consecuencias en otras personas, aunque en el mejor de los casos tales consecuencias pueden calificarse como un duelo tal vez un poco más intenso que el fallecimiento "normal" de un ser querido.
Pero en el caso de las adicciones, las consecuencias son mucho más profundas y dramáticas, los adictos afectan a todos los que les rodean , a sus familia para empezar, pero también a sus amigos , vecinos y pa' acabar pronto a la sociedad. Así que podemos decir que tales consecuencias sobre terceros constituyen razones reales para condenar a los adictos.
4 comentarios:
mUY DIFICIL LA DETERMINACION, pero sabes, creo que finalmente el tema de las adicciones debe continuar tratandose como un asunto de salud publica extremadamente complejo, dado que no solo son a las drogas o sustancias, tambien las hay hacia el trabajo, el sexo, la computadora, el juegos
Ufff.... Ya se trabaja en blancos cerebrales en ciertas zonas que al destruirlas frenan el impulso, pronto será una realidad (ya lo es en Chile con el Dr. Renso Zamboni que ha operado mas de mil adictos)
órale eso es muy interesante , creo que era el sueño de los cirujanos que empezaron las lobotomías en los enfermos mentales, muy de "Atrapado sin salida", creo que a una de las Kennedy la lobotomizaron...
No creo que se deba condenar al adicto por su adicción, sino por sus acciones. Tenemos la misma legislación sobre el alcohol, que es otra adicción. No puede, no debe ser condenable, embriagarse, pero si altamente punible el conducir en estado de ebriedad. Etc. La idea es proteger los bienes juridicos tutelados de terceros sin afectar las garantias de los primeros. Siempre me ha parecido una mamada que por un churrito de mota te pare la policia, siendo como es la mota, tan inofensiva en comparaciòn al alcohol. Al final, son medidas de que refuerzan la segregación socialn (lo dice un borrachin que no le gusta la mois).
Así es Amílcar, pero lo que yo veo es que la mayoría de la gente condena al adicto precisamente por ser adicto; talvez se deba a la moral judeo-cristiana, la cual marca que nuestra vida, nuestro cuerpo, no nos pertenece que es un templo, ya sabes, y que por eso debemos cuidarlo porque un día se lo vamos a devolver a su auténtico dueño; de allí se sigue que el suicidio, según la moral judeo-cristiana sea condenable: un pecado, por eso lo menciono en el post y entonces una adicción también es un pecado porque daña ese cuerpo que no es nuestro y arruina la vida que tampoco es nuestra y al final el adcito termina muriendo.
Pero haciendo a un lado la moral judeo-cristiana, tienes razón , lo condenable son las acciones a las que conducen las adicciones.
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