La edición más reciente de Amadeus, con 20 minutos de escenas no incluidas en la versión de estreno fue lanzada en el 2002, pero yo la vi apenas la semana pasada. realmente queda uno conforme con la versión de estreno ,pues las escenas editas no añaden nada escenial a la trama , aunque si tornan aún más sórdidos a lo personajes, salieri resulta aún más resentido, maquiavélico y amargado; Constanze queda como una putita y Amadeus llega a la abyección de pedir limosna.
Con la primera versión Milos Forman quedó mal con el bando mozartiano que asegura que ni de lejos mozart era como lo presenta la película y el bando de Salieri (¡existe! Leganago considera a Salieri hijo predilecto) boicoteó la película.
Dejando de la lado la inexactitud histórica de la cinta, nos presenta una buena oportunidad para reflexionar sobre un aspecto de la naturaleza humana: La mediocridad. La tesis de la película sostiene que si no llegas a la altura de la genialidad de Mozart, con la pena pero, eres un mediocre de plano. Con lo que en esa clasificación queda sumida de cabeza aproximadamente el 99.99999% de la humanidad presente, pasada y futura.
Lo peor que le puede pasar a un mediocre es tener que alternar en la labor que desempeña con alguien , ya no digamos genial, sino un ápice mejor que él. Si advierte la capacidad de su competidor y su propia incapacidad para superarlo se llenará de envidia, por cierto, se dice que la envidia es la admiración de los débiles e incapaces, que ante alguien superior pueden sentir que se ha cometido con ellos una injusticia al no habérsele dotado de los atributos de quien envidian, esto trae el resentimiento y el mediocre entonces se decide actuar contra su oponente superior mediante el sabotaje.
Como esta situación se presenta en el ámbito laboral , ha sido bien estudiado por los profesionales del ramo; de esta manera se ha creado el concepto del Mobbing para designar al acoso que los mediocres hacen de el capaz con el propósito de hacer notar al acosado, o mobbed, como un incompetente o problemático. En México se suele decir que los mexicanos somos como los cangrejos de una cubeta, para conocer el cuento completo hagan click en este Enlace, pero la verdad es que el fenómeno es universal si no no existiría la película Amadeus ni se habría teorizado sobre el mobbing. Lo que no se vale es que si alguien señala los agravios que Calderón y Elba Ester le infieren a la Nación se diga que el denunciante padece cangrejismo.
En algún momento nos vamos a topar con alguien mejor que nosotros , lo vamos a advertir, y tenemos dos caminos: despeñarnos por el abismo infernal de la envidia y el resentimiento o reconocer al superior, admirarlo y ser felices; lo único que necesitamos es un poco de generosidad para con nosotros mismos.
3 comentarios:
Muy buena reflexión, fundamento de este país y génesis de lo que se conoce como "resentimiento social" que provoca la saña en el delincuente, porque eso sería la envídia en su grado patológico y delincuencial.}Eso nos impide avanzar, por ejemplo, en USA una vez terminadas las elecciones todos cierran filas en torno al ganador y se ponen a trabajar, aui, no logramos darle la vuelta a la página......
Nomás échenle un ojo a la carrera militar de Santa Anna (El Seductor de la Patria, de Enrique Serna).
Cuando hay duda de quien es el ganador en Estados Unidos se hace un recuento de votos, así lo hicieron en 1960 y en 2004. En México el Sistema opuso total resistencia al recuento de votos , así que, ante la duda, no hay ganador en torno a quien cerrar filas. Dar la vuelta a la página a esa infamia es someterse a intereses bastardos y resignarse a que la descomposición del país se acelere.
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