Salarué relata sus historias empleando los giros de la población rural salvadoreña y de esta manera recrea el idioma español de una forma tan luminosa que tengo que suspender la lectura en cada línea, en cada imagen, en cada metáfora para saborear el espectacular manejo de las palabras que logra este escritor. Por ejemplo:
Los cerros barbudos...
Qué tal, qué les parece esta construcción para empezar a describir un paisaje, continua Salarué:
Los cerros barbudos se ahogaban en la sombra, sacando apenas las narices
para respirar...
¡Futa! Les digo que tengo que detener la lectura y a veces también la respiración.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario