La primera división que se realiza en el óvulo fecundado es la más profunda. Parte al óvulo a la mitad y da origen a la simetría bilateral con la que estamos constituídos.El óvulo fecundado continua su división y se forman las células que conformarán el embrión y posteriormente al recién nacido.
En alguna etapa del desarrollo embrionario , la profunda primera división tiene que volver a fusionarse. A veces , debido a factores externos como algún medicamente o alguna radiación, esto no ocurre de manera completa y los bebés presentan malformaciones congénitas como el labio leporino y el paladar hendido. La barbilla partida es una malformación congénita de este tipo. Nadie lo diría tomando en cuenta el aprecio estético que en algunas culturas tiene este rasgo.
El pequeño Juanito nació con la barbilla partida más pronunciada que se hubiera visto, el problema era que la partición se continuaba hacia arriba; es decir también tenía labio leporino y paladar hendido, el problema era que la partición se continuaba todavía más arriba de tal manera que casi desaparecía la nariz , el problema era que la partición se continuaba todavía más arriba , hasta la frente, lo que provocaba que sus ojos no estuvieran colocados en línea horizontal sobre su rostro sino uno más arriba que el otro.
Debido a la deformación de todo el aparato bucal , el llanto de Juanito no parecía el de un bebé , más bien sonaba a los sobrecogedores estertores agónicos de algún animalillo.
Desde su cama de hospital Clara creyó notar que tanto la enfermera como el médico evitaban ver a su bebé cuando se lo trajeron a presentar. Y en lugar de un .felicidades señora es un varoncito, le dieron una explicación de como debía colectar la leche de sus pechos para luego dársela a Juanito a través de una sonda especial que ya tenía colocada pues, debido a la malformación no era posible que el bebé la succionara directamente del pezón.
Médico y enfermera ayudaron a Clara a alimentar a Juanito que , una vez satisfecho, se durmió. Clara se quedó sola con su hijo, creyó percibir en el murmullo de una conversación que se filtraba hasta ella desde el pasillo la palabra monstruo.
Miró a su bebé y una infinita ternura le llenó los ojos y luego las mejillas. Contempló a Juanito dormido sobre su regazo. Clara recordó todos los apodos que se ganó por su miopía y por tener que usar esos anteojos de alta graduación , de fondo de botella. Recordó también la insensibilidad de los muchachos de su colonia que a su hermano Paquito , que tuvo un accidente con buscapies un 15 de septiembre, le endilgaron el mote de El Ross:-¿Por qué le dicen así, por el programa de Bob Ross?-No porque es el Ross-tizado.
Brutales carcajadas todavía resonaban en su memoria. Imaginó a su hijo cuando ya tuviera edad de enamorarse y como las chicas evitarían verlo como el médico y la enfermera. -No puedo dejarlo ante esos monstruos -pensó-nadie hara sufrir a mi hijo con burlas y miradas de morbo, no mientras tenga una madre que pueda evitarlo. Amorosa, tomó a su hijo entre sus brazos y lo estrecho sobre su pecho.
A la mañana siguiente el encabezado del tabloide La Prensa decía:¡Monstruo!Madre desnaturalizada asfixia a su hijo recién nacido.
3 comentarios:
Suertudo, no le toco vivir.
Directito al cielo.
¿Cual sería su epitafio?
Pinche prensa, que le importa.
Cada quien sus episodios psicoticos
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