En nuestra encuesta mensual tuvieron a bien expresarse 12 compas ,de los cuales 5 opinan que Calderón trabajará porque la élite empresarial obtenga más ganancias y 4 opinan que lo hará porque la clase asalariada mejore sus ingresos, supongo que estos cuatro se sentirán un poco desepcionados por el aumento que la Comisión de Salarios Mínimos aprobó en diciembre. Tres personas más creyeron conveniente elegir una terdera opción y son las siguientes:
zagato 30/12/2006
No creo en la mano de Dios ni de los pseudo-mesias, con el estira y afloja lentamente Mexico saldra
sirak 16/12/2006
una mejor televisión en cada hogar... seguramente, aunque algunos tendrán qe pagarla or el resto de sus vidas.
topo 3/12/2006
privatización e injusta distribución del dinero
Agradezco a todos ellos por expresarse en esta encuesta.
Una de las prendas que el modelo inaugurado en el régimen de Miguel de la Madrid y vigente hasta nuestreos días es el control de la inflación , tal control es resultado del tope salarial , por lo que es muy poco probable que, dada la ortodoxia monetarista de Calderón, sea posible una mejora significativa en los ingresos de la clase asalariada. Otra prenda del modelo cuya preservación asegura Calderón es el de las ventajas comparativas que ofrece México a la inversión extranjera , tales ventajas descansan también en una mano de obra baratísima , que según el librito neoliberal atrae más inversiones al país aunque ni el desempleo ni el ingreso de la mayoría de los mexicanos haya sido beneficiado durante los 25 años de contención salarial y control inflacionario. Pero creo que Carlos Fernández-Vega lo dice mejor:
Pérdida sostenida del poder adquisitivoVeinticinco años de contención salarial
Los mercados, satisfechos; los mexicanos, ¿cuándo?
Tras la reciente decisión de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, todo está listo para que los trabajadores de este país celebren, y en grande, sus bodas de plata: 25 años continuos de pérdida de poder adquisitivo, resultante de una inflación cuatro veces superior a los "aumentos" al mini ingreso autorizados en el periodo.
En esos cinco lustros, el incremento acumulado para el salario mínimo (promedio) ronda 20 mil por ciento, contra un crecimiento inflacionario cercano a 80 mil por ciento, no obstante que año tras año, gobierno tras gobierno, se asegura que el poder adquisitivo de tal ingreso "se ha recuperando". Si ello fuera cierto, a estas alturas el salario mínimo promedio tendría que ser de 196 pesos diarios, cuando menos.
Obvio que no ha sido así, por mucho que la representación patronal en la comisión tripartita que palomea los aumentos al mini ingreso insista en que "el salario mínimo (sólo) sirve para determinar una cantidad enorme de pagos de derechos, multas, sanciones, impuestos y derechos". Si se diera una vuelta por la Constitución (artículo 123, fracción VI) se enteraría que "los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos..."
El último año en que el aumento al salario mínimo fue superior a la inflación fue 1981, pero la diferencia no fue precisamente amplia: 1.68 por ciento a favor del primero, aunque el balance sexenal fue negativo. A partir de entonces, la pérdida de poder adquisitivo ha sido constante, y para 2007 la sonriente Comisión Nacional respectiva ratificó la tendencia.
En tiempos del echeverriato, la inflación acumuló un crecimiento cercano a 130 por ciento, mientras los aumentos al salario mínimo sumaron poco más de 200 por ciento. En el sexenio de López Portillo, el primer indicador avanzó 460 por ciento y el segundo alrededor de 280 por ciento.
Con la "renovación moral" y Miguel de la Madrid sentados en Los Pinos, la situación empeoró. La inflación acumuló un crecimiento cercano a 4 mil por ciento, y el "aumento" al salario mínimo poco más de 2 mil por ciento. El sexenio siguiente, el de la "solidaridad", el primer indicador avanzó 140 por ciento y el segundo 90 por ciento, y con el régimen del "bienestar de la familia", el de Zedillo, la situación no se modificó: 230 por ciento de incremento inflacionario, contra 150 por ciento de "avance" en el salario mínimo.
Llegó el "cambio" y nada cambió: con una inflación cercana a 30 por ciento en el sexenio, el incremento al salario mínimo no pasó de 25 por ciento. Ya en la "continuidad", el primer "aumento" al mini ingreso vuelve a ser inferior al crecimiento inflacionario, y todos felices por que éste es un indicador que "sólo sirve para determinar una cantidad enorme de pagos de derechos, multas, sanciones, impuestos y derechos" (Coparmex dixit) y que conmemora su 25 aniversario de caída en vertical.
Pero no sólo eso, porque la representación patronal jura por la Guadalupana que "sólo unos 450 mil trabajadores en el país perciben un salario mínimo", lo cual es rotundamente falso. Lo que sí sería muy provechoso es que los integrantes de la comisión tripartita (funcionarios, "representantes" obreros" y patrones) que deciden en qué proporción "aumentará" el salario mínimo vivieran con esa cantidad para saber si, una vez calados, vuelven a decir que el mini ingreso resulta suficiente para cumplir lo establecido en la Constitución.
Según asegura el presidente de la Comisión Laboral de la Coparmex, Tomás Natividad Sánchez, "sólo unos 450 mil trabajadores en el país perciben un salario mínimo". Nadie sabe de dónde obtiene esa cifra, porque hasta las estadísticas oficiales lo desmienten. Tal vez se robó un cero y modificó algunos números, porque de acuerdo con el INEGI, en su más reciente reporte (tercer trimestre de 2006) en el país 5.46 millones de trabajadores (alrededor del 13 por ciento de la población ocupada) obtienen hasta un salario mínimo, y otros 8.53 millones (alrededor del 20 por ciento) entre uno y dos.
El 73 por ciento de la población ocupada en el país obtiene de uno a cinco salarios mínimos. Si se descuenta la población ocupada pero que no recibe ingreso alguno (poco más de 4 millones de personas), dicha proporción se incrementa a 80 por ciento, es decir 31 millones de mexicanos que a partir del primero de enero de 2007 verán "aumentar" su ingreso diario entre 1.9 y 9.5 pesos, que sin duda utilizarán para el bailongo por los 25 años de pérdida constante en su poder adquisitivo.
De cualquier suerte, la tradición se mantiene y el cinismo prevalece: la representación gubernamental en la referida comisión tripartita vuelve a decir que "se ha logrado detener la caída de los salarios mínimos, lo que no se pudo hacer en los anteriores 30 años"; los "líderes" obreros que aceptaron el "aumento" por "el bien del país" y celebran porque "hemos cumplido con nuestro deber", y la patronal se siente satisfecha porque "lo importante es que el porcentaje dará tranquilidad a los mercados y contendrá la inflación".
Las rebanadas del pastel
¿Y cuándo la tranquilidad para los mexicanos?Columna México S.A. Diario La Jornada 22 de Diciembre 2006.
zagato 30/12/2006
No creo en la mano de Dios ni de los pseudo-mesias, con el estira y afloja lentamente Mexico saldra
sirak 16/12/2006
una mejor televisión en cada hogar... seguramente, aunque algunos tendrán qe pagarla or el resto de sus vidas.
topo 3/12/2006
privatización e injusta distribución del dinero
Agradezco a todos ellos por expresarse en esta encuesta.
Una de las prendas que el modelo inaugurado en el régimen de Miguel de la Madrid y vigente hasta nuestreos días es el control de la inflación , tal control es resultado del tope salarial , por lo que es muy poco probable que, dada la ortodoxia monetarista de Calderón, sea posible una mejora significativa en los ingresos de la clase asalariada. Otra prenda del modelo cuya preservación asegura Calderón es el de las ventajas comparativas que ofrece México a la inversión extranjera , tales ventajas descansan también en una mano de obra baratísima , que según el librito neoliberal atrae más inversiones al país aunque ni el desempleo ni el ingreso de la mayoría de los mexicanos haya sido beneficiado durante los 25 años de contención salarial y control inflacionario. Pero creo que Carlos Fernández-Vega lo dice mejor:
Pérdida sostenida del poder adquisitivoVeinticinco años de contención salarial
Los mercados, satisfechos; los mexicanos, ¿cuándo?
Tras la reciente decisión de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, todo está listo para que los trabajadores de este país celebren, y en grande, sus bodas de plata: 25 años continuos de pérdida de poder adquisitivo, resultante de una inflación cuatro veces superior a los "aumentos" al mini ingreso autorizados en el periodo.
En esos cinco lustros, el incremento acumulado para el salario mínimo (promedio) ronda 20 mil por ciento, contra un crecimiento inflacionario cercano a 80 mil por ciento, no obstante que año tras año, gobierno tras gobierno, se asegura que el poder adquisitivo de tal ingreso "se ha recuperando". Si ello fuera cierto, a estas alturas el salario mínimo promedio tendría que ser de 196 pesos diarios, cuando menos.
Obvio que no ha sido así, por mucho que la representación patronal en la comisión tripartita que palomea los aumentos al mini ingreso insista en que "el salario mínimo (sólo) sirve para determinar una cantidad enorme de pagos de derechos, multas, sanciones, impuestos y derechos". Si se diera una vuelta por la Constitución (artículo 123, fracción VI) se enteraría que "los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos..."
El último año en que el aumento al salario mínimo fue superior a la inflación fue 1981, pero la diferencia no fue precisamente amplia: 1.68 por ciento a favor del primero, aunque el balance sexenal fue negativo. A partir de entonces, la pérdida de poder adquisitivo ha sido constante, y para 2007 la sonriente Comisión Nacional respectiva ratificó la tendencia.
En tiempos del echeverriato, la inflación acumuló un crecimiento cercano a 130 por ciento, mientras los aumentos al salario mínimo sumaron poco más de 200 por ciento. En el sexenio de López Portillo, el primer indicador avanzó 460 por ciento y el segundo alrededor de 280 por ciento.
Con la "renovación moral" y Miguel de la Madrid sentados en Los Pinos, la situación empeoró. La inflación acumuló un crecimiento cercano a 4 mil por ciento, y el "aumento" al salario mínimo poco más de 2 mil por ciento. El sexenio siguiente, el de la "solidaridad", el primer indicador avanzó 140 por ciento y el segundo 90 por ciento, y con el régimen del "bienestar de la familia", el de Zedillo, la situación no se modificó: 230 por ciento de incremento inflacionario, contra 150 por ciento de "avance" en el salario mínimo.
Llegó el "cambio" y nada cambió: con una inflación cercana a 30 por ciento en el sexenio, el incremento al salario mínimo no pasó de 25 por ciento. Ya en la "continuidad", el primer "aumento" al mini ingreso vuelve a ser inferior al crecimiento inflacionario, y todos felices por que éste es un indicador que "sólo sirve para determinar una cantidad enorme de pagos de derechos, multas, sanciones, impuestos y derechos" (Coparmex dixit) y que conmemora su 25 aniversario de caída en vertical.
Pero no sólo eso, porque la representación patronal jura por la Guadalupana que "sólo unos 450 mil trabajadores en el país perciben un salario mínimo", lo cual es rotundamente falso. Lo que sí sería muy provechoso es que los integrantes de la comisión tripartita (funcionarios, "representantes" obreros" y patrones) que deciden en qué proporción "aumentará" el salario mínimo vivieran con esa cantidad para saber si, una vez calados, vuelven a decir que el mini ingreso resulta suficiente para cumplir lo establecido en la Constitución.
Según asegura el presidente de la Comisión Laboral de la Coparmex, Tomás Natividad Sánchez, "sólo unos 450 mil trabajadores en el país perciben un salario mínimo". Nadie sabe de dónde obtiene esa cifra, porque hasta las estadísticas oficiales lo desmienten. Tal vez se robó un cero y modificó algunos números, porque de acuerdo con el INEGI, en su más reciente reporte (tercer trimestre de 2006) en el país 5.46 millones de trabajadores (alrededor del 13 por ciento de la población ocupada) obtienen hasta un salario mínimo, y otros 8.53 millones (alrededor del 20 por ciento) entre uno y dos.
El 73 por ciento de la población ocupada en el país obtiene de uno a cinco salarios mínimos. Si se descuenta la población ocupada pero que no recibe ingreso alguno (poco más de 4 millones de personas), dicha proporción se incrementa a 80 por ciento, es decir 31 millones de mexicanos que a partir del primero de enero de 2007 verán "aumentar" su ingreso diario entre 1.9 y 9.5 pesos, que sin duda utilizarán para el bailongo por los 25 años de pérdida constante en su poder adquisitivo.
De cualquier suerte, la tradición se mantiene y el cinismo prevalece: la representación gubernamental en la referida comisión tripartita vuelve a decir que "se ha logrado detener la caída de los salarios mínimos, lo que no se pudo hacer en los anteriores 30 años"; los "líderes" obreros que aceptaron el "aumento" por "el bien del país" y celebran porque "hemos cumplido con nuestro deber", y la patronal se siente satisfecha porque "lo importante es que el porcentaje dará tranquilidad a los mercados y contendrá la inflación".
Las rebanadas del pastel
¿Y cuándo la tranquilidad para los mexicanos?Columna México S.A. Diario La Jornada 22 de Diciembre 2006.
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