No son pocas las veces en que ideologías contrarias , llevadas al extremo fundamentalista , coinciden en que la única forma de hacer prevalecer sus puntos de vista es mediante la violencia. Durante todo el conflicto en Oaxaca se han oído voces en los medios de comunicación e incluso en algunos blogs en favor de que Ya les echen al ejército a esos revoltosos piojosos . A esas voces ni siquiera les preocupa la problemática estructural del país , su preocupación no va más allá de que puedan circular por una calle o que a su paso no encuentren un campamento de inconformes , las causas de la crisis no tienen por qué ser atendidas ,unos cuantos macanazos y unos cuantos arrestos resuleven eso y si hay muertitos , ni modo , ellos se lo buscaron.

Del otro lado también había voces de que lo que había de hacer era dejarse ya de la mariconada que son las negociaciones que sólo se prestan para transar y que había que pasar a la acción a partirse la madre con la policía y los paramilitares de Ulises Ruiz. Hoy ambos extremos tienen lo que querían y seguramente el movimiento social oaxaqueño se irá a la mierda.
La lección que todo esto debe dejar es que el momento de replegarse para un movimiento social es cuando su extremo fundamentalista empieza a encontrar eco en las bases del movimiento ; cuando en una asamblea alguien sale con que ¡hay que quemar la escuela! o ¡hay que linchar a fulano! ; y todo mundo voltea a ver a quien eso propone como diciendo ;Y este wey qué fumó , la cosa va bien , pero cuando la respuesta es un coro de ¡Sí, sí!, ya valió madre , hay que tomar las ganacias y replegarse antes que los fundamentalistas rebasen al movimiento . Hay que tener cuidado con los Fernández Noroña.