Normalmente, la luna de nuestra Tierra nos aparece en sutiles sombras de gris o de amarillo, pero ¿qué sucede cuando esas pequeñas diferencias de color son exageradas para conformar una dramática imagen de mosaico?



Por principio de cuentas, lo que sucede es que nos aparece una luna como nunca antes la habíamos visto. Así, el familiar Mar de la Tranquilidad (Mare Tranquillitatis) se convierte en el área azulada hacia la derecha del centro. Líneas blancas irradian desde el cráter Tycho, al fondo a la izquierda, mientras que tonos púrpura motean al cráter Copérnico, a la izquierda del centro. Y aunque exagerados, los colores corresponden a diferencias reales en la constitución química de la superficie lunar. Así, tintes azulados revelan áreas ricas en titanio, mientras que colores naranja y púrpura muestran regiones relativamente pobres en titanio y hierro.



Calibradas por muestras de rocas obtenidas durante las misiones Apolo, similares imágenes multicolores obtenidas por naves espaciales han sido utilizadas para explorar la composición global de la superficie lunar.

Texto e imagen cortesía de Enrique Rojas.