El crimen y la política son la misma cosa
Michael Corleone.

En este año electoral concurrirán dos irresponsabilidades. La de los
candidatos al prometer lo que de ninguna manera pueden cumplir , ya
sea porque no piensan hacerlo o porque con una promesa hecha de
antemano se anula la siguiente ; por ejemplo la de bajar los impuestos
( es decir los ingresos del gobierno), y luego prometer que se
incrementará el gasto en los rubros sociales. ¿Se puede gastar más
cuando se tiene menos?
Y la otra irresponsabilidad es la de aquellos votantes que creerán las
promesas. La mayoría de la gente rechaza a aquellos que tratan de
proponerle criterios razonables para que estén en capacidad de
decidir, porque tener tal capacidad implica un gran esfuerzo , pero
sobre todo , implica el hacerse responsable por el pedazo de Patria
que a cada uno le ha tocado cuidar , es decir de ese pequeño entorno
en el que cada uno incide: nuestra casa , nuestra familia , nuestro
empleo, la calle, nuestro vehículo, el transporte público , nuestra
escuela , nuestros asuntos. Por eso resulta más atractivo que alguien
ajeno a nuestro cotidiano transcurrir venga y nos prometa
categóricamente soluciones rápidas: Resolveré Chiapas en quince
minutos.
La mercadotecnia electoral así lo ha entendido. Y políticos que al
principio tratan de llevar una campaña responsable y entregar
argumentos razonables , pronto abandonan tal pretensión , al notar que
su posición en las encuestas es muy bajo y recurren a la promesa
espectacular y disparatada para remontar posiciones. Es curioso que
entonces , en la política electoral ocurra lo mismo que en una estafa:
El estafador aprovecha la codicia del estafado y el estafado lo es
porque vislumbra la oportunidad de una superganancia fácil.