Caminaba por el pasillo ese larguísimo de la estación del metro La Raza , ese que llaman El Túnel de la Ciencia , cuando un joven se dirigió a mí con una exclamación -¡señor, señor!- voltee hacia donde me llamaban y ví a un muchacho con su novia , sonriente me dijo mire me voy a casar con ella ,¿qué nos recomienda?. Tomado por sorpresa sólo acerté a hacer el ademán de que no lo había escuchado bien y seguí mi camino.

Después me quedé pensando qué es lo que les podría recomendar. Me gustaría que esa pareja encontrara alguna vez este blog y leyera este post.
Creo que lo primero que se debería recomendar es no dejar todo el arduo trabajo que es convivir todos los días con la misma persona a algo tan delicado y frágil como es el amor.

Actualmente se estila en Occidente establecer matrimonios fundamentados en el amor de la pareja, no siempre fue así , antiguamente se seguían tradiciones como las que todavía se siguen en Oriente , como la concertación del matrimonio por una casamentera o por acuerdos entre familias o por conveniencias económicas . Curiosamente esos matrimonios funcionaban porque nadie tenía la aspiración o la pretensión de enamorarse, ya que aún no se había desarrollado en la cultura occidental el concepto de amor cortés que surge en la Edad Media con el culto a la Virgen María y que es lo que Cervantes expone con aquello de la veneración que Don Quijote profesa a Dulcinea del Toboso. En el siglo XVIII , con el surgimiento del romanticismo , permea en la cultura el concepto de que las parejas enamoradas deben vivir juntas pasando por sobre cualquier consideraciones de otro tipo , novela en francés se dice romance ¿verdad?, es decir el amor novelezco.
Es tal la exaltación que en la literatura se hace del amor que se le ha dado el carácter de panacea y muchas personas creen que su amor lo resistirá todo , cuando en realidad puede ser tan frágil que no soporte el primer pedo, o el mal aliento al despertar , o un momento de mal humor , o ... en fin todos aquellos defectos y pequeños detalles que pueden ser desagradables y que cotidianamente van matando el amor. Es así que mi recomendación es que los futuros contrayentes protejan su amor con la coraza del respeto mutuo .