Hoy se cumple un aniversario más del asesinato del General Francisco Villa , perpetrado en 1923, a pesar de haber entregado las armas y haber llegado a un acuerdo con el gobierno federal en el cual era amnistiado y reconocido su grado de General de División. La facción de la familia revolucionari conocida como el grupo sonorense con Obregón y Calles como cabezas visibles, recelaron de Villa y decidieron resolver de tajo el problema que representaría su carismático liderazgo.
Villa tenía 42 a�os de edad al retirarse a Canutillo, vieja hacienda cuyo edificio principal casi se encontraba en ruinas . El general emprendió su reconstrucción: Convirtió parcialmente la iglesia en troje , aunque ocasionalmente un sacerdote oficiaba misa , invirtió fuertes sumas en adquirir maquinaria ; sembró , plantó y almacenó trigo, maíz y frijol ; construyó una escuela a la que asistían los niños de la hacienda y de las poblaciones aledañas ; edificó casas para los empleados y campesinos; trazó calles y alineó las manzanas , introdujo los servicios de correo y telégrafo; instaló maestranza , carpintería, carnicería, zapatería, fragua , tienda y un banco de pequeño préstamo para los granjeros. Las tierras se cultivaron bajo su cuidado: se levantaba de madrugada y tomaba parte en las labores; y él mismo enseñaba y ayudaba a manejar los tractores y las máquinas. Pronto se cosecharon granos, frutos, pastos y legumbres; y se propagó el buen ganado caballar vacuno y caprino. El asesinato de Villa ,al parecer ordenado por Plutarco Elías Calles y confirmado por Álvaro Obregón, pudo haberse originado en las declaraciones del General al periodista Regino Hernández Llergo, en las que manifestó su preferencia por Adolfo de la Huerta para ocupar nuevamente la silla presidencial.
En 1966 se colocó su nombre, en letras de oro en el recinto de la Cámara de Diputados . Así se honró su memoria por vez primera en un acto oficial. El 20 de noviembre 1969 se le erigió un monumento en la Ciudad de México y en 1976 , por decreto presidencial, sus restos fueron exhumados del Panteón Civil de Hidalgo de Parral , Chihuahua, trasladados a la capital de la república y reinhumados en el Monumento a la Revolución.
Tomado de Historia Contemporanea de México Tomo II. Brunilda Robles de la Cruz. Federación Mexicana de Escritores.
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