En algunos de mis textillos he hecho referencia a mis muertos , pero es el antipoema que titulé In memoriam el único que he escrito dedicado a todos ellos:
Es una lástima que no te ponga triste
el aroma de estos nardos,
pero tú estás muerto
y yo estoy vivo,
nada puedes hacer para cambiar eso.
Yo sí puedo.
No para que dejes de estar muerto,
sí para que yo deje de estar vivo;
pero ¡chinga a tu madre! no lo haré.
Me gusta estar vivo
y quiero oir música a volumen Urbi et orbi.
Es verdad que algún día
estaré donde estás,
pero ahora allí te pudres
(y yo aquí).
Es una lástima que estos cirios ardientes
no te hagan sudar
que no te duelan los pies
por hacer guardia ante tu ataud.
Pero ¡vete a la mierda!
Yo estoy vivo.
Estoy enamorado
y me encanta coger.
1 comentario:
Ernesto, no es por morbo, si no por el tono confecional que me han encantado todas estas necrologicas, son preciosas... tengo una idea de la literatura donde esta se basa en cositas como tus necrologicas. Enter la memoria y la literatura debe haber un camino medio que espero algun dia encontrar.
Saludos.
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