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¿Qué se va a acabar primero?

martes, 28 de junio de 2022

¿qué le falta a la estrategia de AMLO de Abrazos no balazos?

 Por Carlos Romero.

Se sabe que el narcotráfico mexicano ya no es sólo narcotráfico, sino el famoso crimen organizado. Pero el crimen organizado ya no solamente controla el crimen (y no sólo el organizado), sino que influye sobre la política al financiar campañas y poner jueces; tiene amplio alcance social al controlar zonas mediante la extorsión de los "cobros de piso" (te cobran una renta por tu negocio y si no la pagas, te matan), también al convertirse ellos mismos en el garante de seguridad al controlar a la policía local, así como tener influencia al ser ellos los que construyen casas y obra pública, los que inyectan dinero a la población local mediante sus negocios para lavar dinero, y los que forman a los niños y jóvenes con el narco-aspiracionismo de la gente pobre que desea ser rica como el cabecilla local: el huachicolero que ahora anda en BMW. Pero también controlan, cada vez más, los insumos y los servicios: el agua, el combustible, los alimentos, las materias primas y otros puntos de muchas cadenas de producción son controlados o presionados por el crimen organizado en muchas zonas del país.

Es decir: controlan la seguridad, controlan el dinero, controlan la política, controlan la comida, controlan los servicios, controlan la producción.
De acuerdo con AMLO, las zonas en donde domina un solo cartel son las más pacíficas:
"Hay lugares en donde predomina una banda fuerte y no hay enfrentamientos entre grupos y por eso no hay homicidios [...] La mayor parte de los homicidios, 75 por ciento, tiene que ver con enfrentamientos entre grupos de las bandas. [...] Aquí no hay un solo grupo, aquí son como 10 distintos, entonces los enfrentamientos aquí entre las bandas son mayores, para ir entendiendo el fenómeno." (Transcripción de la conferencia matutina de AMLO, 15 de junio 2022)
Es el sueño húmedo del narco-estado: que un sólo grupo domine una región, que no haya competencia para el crimen, y por tanto que pare la violencia que sustituye a la competencia en un mercado ilegal. Continuaría el crimen y su enorme flujo de dinero y actividad económica, pero sin violencia entre grupos. La idea toral de la "pax narca", el sueño húmedo de tantos gobiernos de México que no quieren erradicar el narco, sino domarlo.
Por supuesto, todo esto es falso:
"Entre los 11 estados con poder absoluto de alguna banda delictiva, resaltan cuatro que se encuentran entre los 10 con las tasas más altas de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, durante abril de 2022 [...] Colima es la entidad con más asesinatos durante el cuarto mes del presente año [aunque es controlada por el CJNG]" (Verificado)
El control del crimen organizado, como ya vimos, es de muchas dimensiones de la vida diaria y de la actividad productiva del país. Sustituye al Estado en muchas zonas y en muchos aspectos. Tiene un capital social que logró mediante la influencia social, la amenaza y la extorsión: el apoyo y el miedo. Que sea una o varias bandas las que controlan una región, como ya vimos, no cambia mucho; o nada.
Por eso la estrategia oficial de AMLO no puede funcionar. Su estrategia oficial siempre ha sido darle dinero y educación a los jóvenes más pobres para que no tengan incentivos para unirse al narcotráfico; esa es la famosa estrategia de "Abrazos, No Balazos". En sí misma, es una excelente idea que, en tinta, yo siempre he apoyado. Pero (1) falta ver la eficiencia de los programas que le dan carne y hueso a la idea abstracta, y sobre todo, (2) por más buena que sea, es ridículamente incompleta, unilateral. Servirá ---si es que es total y absolutamente eficiente--- para reducir los incentivos para unirse al narco, pero nada más. Faltan eliminar otros veinte factores: por ejemplo, el control de la policía, el control del poder político y judicial, el control de la violencia que permite al narco apuntarte una metralleta a la cara para obligarte a trabajar para ellos, lo cual ninguna beca en dinero o instrucción va a sustituir.
Falta eliminar la influencia del dinero del crimen organizado en la estructura política, económica y social del país. Pero el bloqueo financiero, la judicialización de los casos y la lucha contra la impunidad no progresan a la tasa que deberían (el Fiscal está más ocupado en sus negocios personales). Con su dinero disponible y sin la imposición del estado de derecho, los carteles pueden seguir financiando campañas, controlando negocios, comprando seguridad, lavando dinero, pagando milicias que no solamente le plantan cara al Estado, sino que literalmente lo hacen correr. Habrá algunos niños más con instrucción, lo cual siempre es positivo, pero por más que tuerzan las estadísticas, seguiremos viendo la sangre correr. Ojalá me equivoque.

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