Las ventajas de ser ciego. Cuento del Subcomandante marcos, reflexión de John y Yoko y anécdota de Gothic Funeral

Alguna vez leí un cuento del Subcomandante Marcos en el que decía que los animales se rinden ante el león porque han visto lo terrible que es y por eso cuando un animalillo cae en sus garras, digamos por ejemplo un conejo, éste ya no trata de defenderse, no lucha y no trata de escapar, simplemente se abandona resignado a que no hay nada que hacer ante el poderío del león.
Esto no ocurre si el animalillo que cae en las garras del león es un topo. El topo es ciego, por eso nunca ha visto lo terrible que es el león y por eso no le tiene miedo. Cuando el topo siente que es apresado por las garras del león solamente sigue su instinto y se revuelve, rasguña, muerde, lucha. Y el león, acostumbrado a que todos los animalillos se le rindan si pelear, se ve sorprendido ante la inesperada reacción del topo y esta sorpresa hace que afloje la presión de sus garras y el topo aprovecha ese momento para escapar.
Podríamos decir entonces que una ventaja de ser ciego es que el miedo no tiene manera de entrar por nuestros ojos.
Otra reflexión que leí, esta vez en una entrevista que le hicieron a John Lennon y a Yoko Ono, es que el rostro de los ciegos es el más sincero que hay. Resulta que aprendemos a expresarnos gestualmente porque vemos los gestos con los que los demás expresan sus emociones y a través del tiempo podemos adquirir mucha práctica en fingir por medio de nuestro rostro. Eso no sucede con los ciegos; si un ciego sonríe o su rostro está triste o enojado podemos estar seguros de que ese es su estado de ánimo real.
Pensando en estas cosas se me ocurrió que podríamos combatir nuestros prejuicios si nos propusiéramos ser ciegos ante la apariencia de los demás, de tal manera que no percibiéramos el color de la piel, ni la calidad de la ropa, ni los tatuajes, ni el largo del pelo o de la barba, ni la belleza o fealdad, ni el maquillaje, en fin, si nos propusiéramos no percibir esas características que al verlas en los demás nos hacen sentir miedo, repugnancia, burla, incomodidad, ira, todas esas emociones negativas que nos acarrean los prejuicios, digo, tal vez podríamos.
Otro recuerdo que me trajo esto de los topos es una anécdota de Gothic Funeral, webmaster de una página para darketos: Una darketa iba cantando la canción de Topo Giggio y dirigiéndose a su amiga darketa le preguntó. "¿Y tú que clase de topa eres?" y la interrogada respondió: "Topota madre."
Por si me lo preguntan, yo prefiero ser un topo feliz.